La convivencia diaria, los espacios cerrados y el contacto continuo entre compañeros facilitan la propagación del virus, especialmente entre los más pequeños. Por ello, la vacunación anual y unas buenas medidas de higiene son fundamentales para proteger la salud infantil y reducir los contagios en colegios y familias.
La gripe es una enfermedad causada por el virus influenza, que se transmite con facilidad a través de las gotas respiratorias que se expulsan al hablar, toser o estornudar. Los niños y adolescentes, por su ritmo de convivencia y actividad diaria, son uno de los principales transmisores. Incluso pueden contagiar antes de presentar síntomas y durante varios días después, lo que refuerza la necesidad de adoptar medidas preventivas.
Cada temporada, entre un 20 % y un 40 % de los menores contrae la gripe. Esta cifra convierte a la población infantil en un grupo clave para cortar la cadena de transmisión.
Durante los meses fríos, las rutinas escolares cambian. Las ventanas se cierran, los recreos se trasladan a interiores y las horas compartidas en clase aumentan. En estas condiciones, el aire se renueva con menor frecuencia y el virus circula con más facilidad.
Existen varias situaciones cotidianas que favorecen la transmisión:
Los pediatras de Grupo IHP aconsejan combinar la vacunación anual con hábitos de prevención sencillos y eficaces:
Con la campaña “Si te proteges tú, proteges a todos”, Grupo IHP pone el foco en la vacunación como la mejor forma de frenar la transmisión del virus en el entorno escolar. Cada niño inmunizado contribuye a reducir la propagación de la gripe y a proteger a quienes le rodean: compañeros, docentes y familiares.
El grupo pediátrico andaluz recomienda vacunar a todos los niños y adolescentes de entre seis meses y 17 años, así como al personal que trabaja a diario con ellos —profesores, monitores, cuidadores y empleados de comedor—, cuya inmunización resulta esencial para mantener una convivencia segura durante la temporada gripal.
Grupo IHP es centro de vacunación para todas las edades y ofrece tanto vacunas inyectables como intranasales, una alternativa cómoda y sin pinchazos especialmente indicada para los más pequeños. De esta forma, familias y profesionales del ámbito educativo colaboran activamente en la prevención, fomentando hábitos saludables y protegiendo la salud común.