En ocasiones los niños tienen un retroceso en destrezas adquiridas o en el aprendizaje de algún hito evolutivo aparentemente conseguido (regresiones infantiles), causando cierto desconcierto e irritación en los padres. Volver a pedir el chupe, utilizar un habla más infantil, pedir el biberón, perder autonomía a la hora de comer, a la de dormir o en el control de esfínteres, son algunos de los comportamientos que con mayor frecuencia podemos observar.
El desarrollo evolutivo no es un proceso homogéneo y lineal. Las regresiones son normales y ocurren con bastante frecuencia, especialmente en la etapa de los 3 a los 5 años, en el paso a preescolar. Los niños y niñas pueden estar buscando la seguridad perdida, pueden requerir cuidado, protección o atención. Suele coincidir con un momento difícil o un proceso de cambio en la vida de los niños, como el nacimiento de un hermano o hermana, un cambio de domicilio, la entrada en el cole, separación de los padres, o alguna pérdida. Pero también en ocasiones es simplemente un parón necesario para continuar evolucionando.