Estar en casa todos los días y pasar muchas horas juntos puede generar roces entre hermanos, entre padres y niños, entre los padres u otros miembros de la familia, etc. De ahí que sea importante hacer del confinamiento un proceso de adaptación paso a paso. Nuestros especialistas del área de salud mental nos explican una serie de situaciones que pueden presentarse en casa mientras dure el estado de alarma y saber cómo afrontarlas con nuestros pequeños:
- Rabietas: son frustraciones que siente el niño ante un deseo de no poder lograr algo. Se manifiestan a través de gritos, pataletas, molestias y llanto descontrolado. Esto ocurre porque, a nivel madurativo, aún no están listos para regular su conducta adaptativa. La mejor forma de gestionarlas es entendiendo que es su manera de expresar que está incómodo. Se les debe brindar seguridad y tranquilidad. También es importante que no nos tomemos la rabieta como algo personal, ya que es vital que los padres les acompañen en este comportamiento.
- Miedos: son emociones primarias provocadas por la percepción de estar en peligro. Los niños lo pueden manifestar por el temor a estar solos, quedarse a oscuras o dormir solos. La forma de gestionarlo es que los padres validen esta emoción en sus hijos y luego transmitirles seguridad, protección, confianza y conversando con ellos para saber qué les preocupa.
Ante este tipo de situaciones, te proponemos varios ejercicios prácticos como: leerles cuentos sobre monstruos de forma divertida, hacer que coloreen un monstruo con una de sus emociones favoritas o pintarlo de color verde (incita a la calma).
Igualmente, para fomentar la comunicación de los papás con sus pequeños ante posibles rabietas, pueden elaborar conjuntamente una tabla de rutinas conversando con ellos. Dentro de estas actividades podemos insertar bailes, ejercicios, circuitos, entablar conversaciones asertivas, siempre dirigidas hacia lo positivo y escuchando sus emociones. Además, también podemos establecer en casa un espacio o rincón de la calma, donde puedan estar para volver a su paz y cuando se sientan preocupados.
Es fundamental también que todas estas técnicas se complementen con abrazos, cariños, caricias y mucha presencia.