El verano es la época más divertida para nuestros #GrandesPequeños, que pueden disfrutar de días más largos, de más horas de entretenimiento al aire libre y de la temporada de baño tanto en las piscinas como en la playa. Pero estos meses también conlleva una serie de peligros derivados del calor y de las actividades propias de la época estival para nuestros hijos, a los que es importante tener vigilados para evitar riesgos, como golpes de calor, quemaduras, ahogamientos o picaduras, entre otros.
En esta guía recopilamos algunas de las principales dudas durante el verano que tienen los padres y las madres y, de la mano de nuestros especialistas, te ofrecemos las claves para proteger a los niños durante las horas de piscina y playa:
Utilizar flotador puede ser muy peligroso, ya que se puede volcar y dejar al niño atrapado boca abajo en el agua, tal y como explica la Dra. María José Gil Domínguez, coordinadora del Área de Pediatría de Grupo IHP en el Hospital QuirónSalud Huelva, quien recomienda como alternativa más segura los manguitos o chalecos.
En caso de picadura, lo más recomendable es lavar la zona con agua fresca y jabón, tal y como aconseja el Dr. Jerónimo Escudero Ordóñez, especialista en dermatología de Grupo IHP. Si el insecto aún permanece sobre la piel, se debe retirar procurando no comprimirlo para que no expulse más veneno. Si el insecto ha dejado clavado el aguijón, se deben emplear unas pinzas para extraerlo.
Para calmar el picor se puede aplicar una solución de calamina o alguna crema hidratante mezclada con un corticoide suave que se puede adquirir en farmacias. Es importante no aplicar estos productos en mucosas, boca, ojos y dentro de la nariz. Si la zona está muy inflamada, es aconsejable aplicar frío local y, si la reacción es muy exagerada, es recomendable acudir a un centro sanitario para que un especialista valore la situación y el tratamiento.
Los baños en piscinas y en el mar hacen que en verano sean frecuentes las otitis externas en los niños, debido a la entrada de agua en el oído que, en ocasiones, se almacena dentro y se puede infectar. Para prevenir otitis durante los meses de verano, la Dra. Teresa Jiménez Tur, otorrino de Grupo IHP, recomienda evitar nadar en aguas que sospechamos contaminadas y secar bien los oídos por fuera después de los baños. Asimismo, aconseja que los niños con tendencia a formar tapones de cerumen acudan a revisión en los meses previos para limpiar sus oídos.
En cuanto a los tapones para el baño, la especialista de Grupo IHP sólo recomienda su uso en niños que padecen determinados problemas otológicos y necesitan utilizarlos para evitar la entrada de agua. Además, recuerda que es fundamental acudir al otorrino cuando aparezcan los primeros síntomas de otitis: dolor de oído, pérdida de audición o secreciones.
En contra de la creencia popular, por lo general no es necesario esperar dos horas para bañarse tras haber comido. Según el Dr. Joaquín Reyes Andrade, gastroenterólogo pediátrico de Grupo IHP, la hidrocución, lo que comúnmente llamamos corte de digestión’, es un cambio brusco de temperatura al sumergirse rápidamente en el agua y que puede llegar a ocasionar un desmayo, algo que en el agua es especialmente peligroso debido al riesgo de ahogamiento.
Esta situación puede darse hayamos o no ingerido alimentos, por lo que, como sugiere el especialista, es aconsejable en todo caso una introducción gradual en el agua, mojando antes algunas partes del cuerpo del niño y cubriendo progresivamente más zonas. “De esta forma, el choque de temperatura será más gradual y evitará que se produzca esta reacción brusca”, aclara.
Los especialistas consideran fundamental que los niños beban agua de manera frecuente y alimentos ricos en ella, frescos, ligeros, con abundantes frutas y verduras que favorezcan una adecuada hidratación y reposición de sales minerales. Del mismo modo, tal y como recuerda el Dr. Francisco Giménez Sánchez, coordinador de Pediatría de Grupo IHP en el Hospital Vithas de Almería, es recomendable evitar la exposición al sol durante las horas centrales del día, de 12:00 a 17:00, que son las de más calor.
Además, es fundamental proteger la piel de los niños para evitar quemaduras solares. Según la Dra. Natividad López Ibáñez, dermatóloga de Grupo IHP, de manera general se recomienda emplear un factor de protección 50, que debe aplicarse media hora antes de la exposición solar y volver a administrarse cada dos horas mientras se esté al sol. También es importante proteger sus ojos para evitar daños irreversibles y acumulativos. La Dra. Gracia Peña Ruiz, oftalmóloga de Grupo IHP, asegura que cuando los niños están en la playa o en la piscina es necesario que utilicen gorras y gafas de sol homologadas, ya que la luz se refleja en la arena y el agua.
Según los expertos, la ingesta de agua de piscinas suele ser frecuente y en grandes cantidades puede producir vómitos y diarreas, por lo que es algo que se debe vigilar.
Asimismo, la Dra. María José Gil Domínguez insiste en la importancia de evitar las zambullidas "de cabeza" en las piscinas, ya que los niños corren el riesgo de colisionar con el fondo y lesionarse la cabeza y/o el cuello. También pone el foco en el peligro que suponen las zambullidas en volteretas, puesto que pueden sufrir estas mismas lesiones al golpearse con el bordillo de la piscina. La especialista destaca, además, la importancia de enseñarles a los niños que, antes de tirarse a la piscina, deben asegurarse de que no hay nadie debajo con quien puedan chocar.
