Solemos relacionarlo con las personas mayores, pero el herpes zóster también puede presentarse en niños, sobre todo en aquellos que han pasado la varicela a una edad muy temprana o que tienen un sistema inmunológico debilitado. Esta enfermedad es una reactivación del virus varicela-zóster, que puede permanecer dormido durante años en el organismo tras una infección inicial.
En la infancia, los casos de herpes zóster no son frecuentes, pero sí posibles, y pueden provocar síntomas muy molestos como dolor, fiebre y erupciones cutáneas. Por eso, reconocerlo a tiempo y, sobre todo, prevenirlo, es fundamental para evitar complicaciones.
La vacunación contra la varicela no solo protege frente a esta enfermedad, sino que también ayuda a reducir de forma significativa el riesgo de que el virus se reactive en el futuro en forma de herpes zóster. Además, limita la circulación del virus y protege a quienes no han pasado la varicela ni han sido vacunados, evitando así nuevos contagios.
Síntomas del herpes zóster en la infancia: cómo detectarlo a tiempo
El herpes zóster puede comenzar con síntomas generales como fiebre o malestar, pero hay señales más específicas que permiten identificarlo con rapidez:
Aunque comparten el mismo origen vírico, es importante diferenciarlo de la varicela. La varicela es la primera infección por el virus y causa ampollas dispersas por todo el cuerpo; el zóster, en cambio, es una reactivación localizada que provoca lesiones en una sola zona y un dolor más intenso.
Ante la sospecha de herpes zóster, se debe acudir al pediatra. El tratamiento suele incluir antivirales, analgésicos y cuidados domiciliarios para aliviar los síntomas. En la mayoría de los casos, la evolución es favorable y la duración del proceso es de entre 2 y 4 semanas.
Prevención del herpes zóster en niños: la importancia de la vacunación
La mejor forma de prevenir el herpes zóster es impedir que el virus se reactive. Para ello, se recomienda:
Incluso en niños que han tenido varicela leve, la vacunación sigue siendo esencial para reforzar la inmunidad. En general, se recomienda:
Ambas dosis garantizan una protección más completa y duradera. Ante cualquier duda, el pediatra es el mejor referente para asesorarte.
En Grupo IHP, estamos comprometidos con una atención pediátrica de calidad, apostando por la prevención como base para proteger la salud infantil.