Con la llegada de las altas temperaturas, la Junta de Andalucía ha reactivado el Protocolo General de Actuación ante Olas de Calor o Altas Temperaturas en los centros educativos. El objetivo es proteger la salud del alumnado frente a posibles golpes de calor, una urgencia médica que puede tener consecuencias graves si no se detecta a tiempo.
Desde Grupo IHP, la pediatra María José Gil, recuerda que “la prevención y la vigilancia activa en los colegios es clave para evitar situaciones de riesgo, especialmente en los más pequeños”.
Según indica la Dra. Gil, “las temperaturas extremas provocan una pérdida de agua y sales minerales que altera el sistema de regulación térmica del cuerpo”, lo que puede desembocar en un sobrecalentamiento corporal con efectos directos sobre el funcionamiento de órganos vitales.
Este riesgo es aún mayor en la infancia, especialmente en los menores de un año, por su menor reserva de agua y un sistema de termorregulación aún inmaduro. Además, es fundamental que docentes y cuidadores sepan identificar los signos de alarma: mareos, cefalea, piel muy caliente, debilidad, fiebre alta o incluso pérdida de conciencia.
Por todo ello, desde Grupo IHP se insiste en la importancia de aplicar con rigor las medidas recogidas en el protocolo andaluz, entre ellas: evitar la actividad física intensa en las horas de más calor, garantizar una buena hidratación, ofrecer espacios frescos y recordar la necesidad de no dejar nunca a un menor dentro de un vehículo. “Cada verano tenemos noticias de incidentes trágicos que podrían haberse evitado con una mínima precaución”, alerta la especialista.
Signos de alarma que no deben pasarse por alto
Una parte fundamental del protocolo consiste en conocer los síntomas que pueden alertar de un golpe de calor. La Dra. Gil detalla que “es importante actuar ante señales como vómitos, fiebre por encima de 40ºC, fatiga intensa, taquicardia o calambres musculares.
Estos signos deben tomarse en serio y derivarse cuanto antes a un centro sanitario”. Además, la combinación de piel seca y muy caliente con respiración acelerada puede ser indicio de un sobrecalentamiento severo.
Hidratación y alimentación, claves en la prevención
La prevención también comienza en casa. En este sentido, la doctora de Grupo IHP recomienda a las familias “ofrecer agua con frecuencia, evitar la exposición directa al sol durante las horas centrales del día y procurar una alimentación ligera y rica en fruta fresca, que ayuda a reponer sales y líquidos perdidos con la sudoración”. En el caso de los lactantes, se debe mantener la lactancia a demanda como principal fuente de hidratación.
Desde Grupo IHP se recuerda que la colaboración entre centros escolares y familias es fundamental para garantizar el bienestar de los niños durante los meses de calor. Prevenir es proteger.