Viernes, 03 de Noviembre de 2023
Cita Online 
Las enfermedades respiratorias fueron la tercera causa de muerte en España en 2022, con un total de 42.979 fallecimientos. Por suerte, algunas de estas enfermedades, como la gripe, la Covid-19 y las provocadas por la bacteria del neumococo pueden prevenirse a través de las vacunas.
Con el objetivo de concienciar a la sociedad de la importancia de la vacunación de determinados grupos poblacionales, la Asociación Española de Vacunología (AEV) ha lanzado la campaña ‘El mejor plan para este invierno’, que cuenta con el apoyo de Grupo IHP. Con ella invita a las personas de 60 o más años y a la población vulnerable a vacunarse frente a la gripe y la Covid-19, y a revisar su vacunación frente a la neumonía para que estas infecciones respiratorias no arruinen su invierno y puedan compartir tiempo con los suyos. “Aunque no lo parezca, las personas empezamos a tener más riesgos conforme avanza nuestra edad, pese a que nos veamos jóvenes y saludables. Igual que hacemos ejercicio para mantenernos en forma, debemos vacunarnos para mantener fuerte nuestro sistema inmune. Tenemos, en las vacunas, la mejor oportunidad de protegernos. Vacunarse es un hábito de vida saludable”, explica Jaime Pérez, presidente de la Asociación Española de Vacunología.
La campaña también va dirigida a los padres y las madres de los niños de entre 6 y 59 meses con el objetivo de incentivar la vacunación de los pequeños frente a la gripe, que se recomienda por primera vez a este sector de la población. Y es que, dos de cada tres hospitalizaciones por gripe infantil en España se producen entre niños sanos.
Pérez ha dado algunas cifras sobre el impacto de la gripe en España. Causa, de media, 28.000 ingresos hospitalarios al año, y en la temporada 2019-2020 (la última con registros normalizados antes del estallido de la pandemia) se produjeron 3.900 muertes atribuibles a esta enfermedad. Unos años antes, en la temporada 2017-2018, la gripe cursó en España 700.000 casos leves, 52.000 hospitalizaciones (14.000 de ellas con complicaciones graves), 3.000 admisiones en UCI y 15.000 muertes relacionadas con la enfermedad. Desde la sociedad científica insisten en que la vacuna es la mejor arma para prevenir tanto los casos graves como los fallecimientos.
En el caso de los menores de cinco años, el Dr. Fernando Moraga-Llop, pediatra, advierte de que “la carga de enfermedad de la gripe es muy alta” y recuerda que en 2019 hubo un mayor número de hospitalizaciones por habitante en menores de 5 años (52,4 /100.000 habs.) que en personas de 65 o más años (40,7 /100.000 habs.). “Las coberturas de vacunación infantil, en general, superan el 95%, pero en el caso de la vacuna antigripal infantil, la experiencia en otros países nos dice que las coberturas no llegan el 60%. Este es el primer año que la vacunación antigripal de estos niños y niñas se incluye en el calendario y tenemos que intentar que esa cobertura sea buena”, explica.
Con respecto a la Covid-19, la AEV ha recordado los datos de defunciones del año 2022 del Instituto Nacional de Estadística, que recogen que la Covid-19 fue la causa de muerte más frecuente en 2022, con 31.559 personas fallecidas.
En el caso de la vacuna antineumocócica, aunque los datos de cobertura nacionales no son públicos, se estima que son mucho menores que en los niños, donde superan el 95%. Dado que más del 40% de las neumonías en adultos requieren hospitalización, la AEV hace un llamamiento específico a los mayores de 60-65 años para que revisen su estado de vacunación frente al neumococo.
Las vacunas no solo tienen efectos positivos directos en quienes deciden administrárselas, también benefician a quienes los rodean y al propio sistema sanitario. “Las hospitalizaciones repercuten en la calidad de vida a medio y largo plazo de los pacientes más mayores: puede que pierdan la autonomía y la capacidad de valerse por sí mismos, en muchos casos” apunta Pérez, que apela también a la responsabilidad familiar. “Es recomendable vigilar que nuestros mayores se vacunan por su bien, y también por el nuestro. Su salud es también la salud de quienes los cuidan”, añade.
Además, las vacunas son grandes aliadas del sistema sanitario, y tienen un impacto directo en término de recursos y costes derivados. De hecho, el aumento de las tasas de vacunación en adultos puede reducir potencialmente la carga económica derivada de enfermedades como la gripe o las causadas por el neumococo. “Las enfermedades epidémicas como la gripe, la Covid-19 o la neumonía se presentan de forma epidémica, durante un periodo concreto del año, lo que causa la sobrecarga de los sistemas de salud. Un sistema de salud sobrecargado atiende peor a sus pacientes, reduce el tiempo que dedica a cada persona, lo que se puede trasladar a la calidad de la asistencia”, explica Pérez.
Para vacunarse esta temporada frente a gripe, Covid-19 y/o neumococo, la AEV indica que los ciudadanos deben consultar con su centro de salud o consultorio de vacunación cuál es el procedimiento, ya que varía en función de cada comunidad autónoma. En algunos casos puede solicitarse cita vía web, pero en otros se han podido habilitar puntos de vacunación e incluso campañas en las escuelas. Por ello, desde la sociedad científica animan a la población diana a pedir cita con su centro de salud habitual o punto de vacunación e informarse.
Por lo general, la vacunación frente a Covid-19 y gripe se extiende desde el mes de octubre hasta final del trimestre, si bien lo ideal es vacunarse entre octubre y noviembre. En el caso de la vacuna frente al neumococo, se puede administrar durante todo el año, aunque las enfermedades causadas por esta bacteria son más comunes durante el invierno.
Además, desde la AEV aseguran que lo habitual es que a las personas con la indicación de vacunación doble (gripe y Covid-19) se les recomiende la coadministración de ambas vacunas. “Se pone una inyección en cada brazo, con agujas y jeringas distintas. Y quienes tienen que vacunarse también del neumococo, pueden recibir dos pinchazos en un brazo y uno en el otro, si hiciera falta”, explican.
Esto no hace que la protección disminuya ni que aumenten los efectos secundarios que estas tres vacunas comparten, que pueden ser dolor en el lugar de la inyección, inflamación en el brazo y febrícula, en algunos casos.
