El estreptococo del grupo A es una bacteria común que generalmente no supone un peligro grave para la salud.
Aunque en los últimos días el Gobierno de Reino Unido ha alertado de un inusual aumento de infecciones por este germen y otros países como Francia y España han notificado los primeros casos graves, desde la Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía aseguran que no hay motivos para la alarma, ya que “es una enfermedad habitual y de rápido diagnóstico”.
Así lo ha confirmado también en sus declaraciones a Diario de Sevilla la doctora María José Lirola Cruz, responsable del Servicio de Pediatría de Grupo IHP en el Hospital QuirónSalud Sagrado Corazón. La especialista asegura que el estreptococo "es un germen que vive con nosotros y que conocemos bien. Sabemos a los que nos enfrentamos".
El Streptococcus pyogenes, también llamado estreptococo del grupo A, es una de las bacterias más frecuentes en el ser humano. Aunque se trata de un microorganismo común que suele estar en la garganta y que en la mayoría de casos no provoca enfermedades, en ocasiones puede derivar en infecciones que suelen ser de tipo leve.
De entre estas infecciones, la amigdalitis y la faringitis son las más comunes. Sus síntomas se concentran en la zona de la garganta, como dolor en la zona al tragar, fiebre, enrojecimiento e inflamación de las amígdalas. El patógeno puede dañar también la piel dando lugar a la aparición de enrojecimiento o ampollas, como es el caso de la escarlatina o el impétigo.
¿Y cómo se contagia el estreptococo? La transmisión se produce, al igual que la gripe, por contacto directo con secreciones o gotitas de personas infectadas. Es por ello que los especialistas de Grupo IHP recomiendan una correcta higiene de manos y el uso de la mascarilla como la gran aliada para minimizar el riesgo de infección.
El doctor Ignacio Salamanca, coordinador de la Unidad de Investigación de Grupo IHP, ha declarado también a Diario de Sevilla que "de cara a los padres, deben seguir indicaciones de tratamiento unido a la reserva de los niños cuando estén malos y la enfermedad lo requiera. En procesos como la faringoamigdalitis, lo idóneo es no volver al colegio hasta tener iniciado el tratamiento antibiótico y estar sin síntomas".
Por su parte, el doctor Francisco Giménez, coordinador del área de Pediatría de Grupo IHP en el Hospital Vithas Almería, ha resaltado en sus declaraciones a La Voz de Almería que "el estreptococo A que se está detectando no es una cepa nueva, sino la de toda la vida, por lo que la manera de actuar contra él no debe cambiar y habitualmente, salvo muy extrañas complicaciones graves, su tratamiento tiene éxito”.
El diagnóstico del estreptococo puede hacerse en tan sólo cinco minutos gracias al estreptotest, una técnica que permite saber si se trata de un virus o de una bacteria. “Los test rápidos tienen una sensibilidad bastante alta y el hecho de que sean negativos nos da seguridad de que no estamos ante una infección bacteriana", afirma la doctora María José Lirola Cruz. Si es una bacteria el resultado sería positivo y el médico recetará el antibiótico correspondiente.
La doctora María José Lirola Cruz explica que “el estreptococo se trata de un germen que a todos nos da respeto, porque puede ser muy agresivo, pero hay que tener cuidado y no alarmar en exceso a la población. Tenemos armas contundentes para diagnosticarlo y sabemos perfectamente qué hacer y cómo tratarlo".
Las complicaciones por infección de estreptococo A son muy infrecuentes. No obstante, el Ministerio de Sanidad, a través de la Dirección General de Salud Pública, ha activado la Red de Vigilancia Epidemiológica. "Aquí estamos viendo un aumento de casos, pero sin llegar al nivel del Reino Unido. Se trata de un aviso dirigido a los pediatras, para que lo tengan en cuenta en los diagnósticos; y a las autoridades, para establecer vigilancia y aumentar los recursos”, ha aclarado el doctor Ignacio Salamanca.
El doctor Giménez ha afirmado que "el tratamiento médico contra esta bacteria es fácil, y no hay hoy por hoy en España un motivo real de alarma”.
Los expertos del grupo andaluz de pediatría aconsejan vigilar los síntomas indicados y la evolución de los mismos. Si el niño muestra una apatía general, con el ánimo decaído y sin ganas de jugar, puede ser que la enfermedad no esté disminuyendo y un motivo para que los padres y madres consulten a su pediatra.