Mañana, 4 de marzo, se conmemora el Día Mundial contra la Obesidad, una fecha establecida por la Federación Mundial de la Obesidad en 2015 para sensibilizar sobre esta enfermedad crónica. En los últimos años, la obesidad infantil ha generado una creciente preocupación. En Andalucía, el 19,7% de los niños de 2 a 15 años presenta sobrepeso y el 11,3% obesidad, lo que representa un desafío significativo para la salud pública.
Sin embargo, junto a esta realidad, emerge otro problema igualmente alarmante: la utilización del término "gordo" como insulto entre los más jóvenes. “Esta práctica no solo perpetúa prejuicios, sino que también puede causar daños emocionales profundos en quienes la sufren”, afirma la Dra. María Hidalgo, psicóloga infanto-juvenil de Grupo IHP.
La especialista en salud mental señala que "la exposición constante a burlas relacionadas con el peso puede desencadenar problemas de autoestima y ansiedad en los niños". Esta situación se agrava cuando la preocupación por la apariencia física se manifiesta a edades cada vez más tempranas.
Diferenciando salud y estigmatización
Es crucial distinguir entre promover hábitos saludables y estigmatizar el cuerpo de los niños, recalcan desde Grupo IHP. Mientras que el primer enfoque busca su bienestar, el segundo puede generar problemas emocionales a largo plazo.
"La exposición constante a burlas relacionadas con el peso puede desencadenar problemas de autoestima y ansiedad en los niños", explica la Dra. María Hidalgo, psicóloga infanto-juvenil de Grupo IHP. "Desde muy pequeños empiezan a interiorizar la idea de que su valor depende de su apariencia física".
Los estudios indican que a partir de los 3 años los niños ya son conscientes de la imagen corporal y pueden expresar preferencias sobre los cuerpos de los demás, influenciados por su entorno y por los mensajes que reciben de los adultos y los medios de comunicación.
"Cuando un niño aprende que ser «gordo» es algo negativo, adopta el insulto como un arma. No es solo una cuestión de niños siendo niños, es un reflejo de lo que la sociedad les enseña", añade la Dra. Yolanda Romero, otra de las especialistas en el área de psicología en Grupo IHP.
La Dra. Hidalgo lo confirma: "Los niños no nacen con prejuicios, los aprenden. A veces repiten lo que oyen en casa o en la tele, pero no se dan cuenta del daño que hacen". En consulta, las especialistas sanitarias ven constantemente como niños y niñas, cada vez más jóvenes, han comenzado a rechazar ciertos alimentos bajo el argumento de que "en el recreo les llaman gordos".
Construir una relación saludable con la alimentación y el propio cuerpo
Promover una relación equilibrada con la comida y el cuerpo es fundamental para evitar problemas como la obesidad, la anorexia o la bulimia. La clave está en educar sin generar miedo ni rechazo hacia la alimentación.
El hogar juega un papel fundamental. "Si un niño escucha a sus padres criticar su propio cuerpo frente al espejo, aprende que la apariencia define el valor personal", explica la Dra. Romero. Además, el discurso en torno a la comida debe ser positivo y no punitivo. "No se trata de prohibir alimentos ni de etiquetarlos como buenos o malos, sino de enseñar equilibrio".
La Dra. Hidalgo, alerta sobre una realidad cada vez más frecuente: “Cada vez más niños muestran preocupación por su peso antes incluso de completar su desarrollo. No podemos permitir que una generación crezca con miedo a la comida o sintiéndose insuficiente por su apariencia”.
Además, la especialista advierte sobre el impacto del lenguaje en la autoestima infantil: “El uso de términos despectivos como gordo puede dañar profundamente la salud emocional de los menores. En Andalucía, el 33,40% de los niños presenta exceso de peso, superando la media nacional del 28,56%. Pero a esto hay que sumar que entre el 89% y el 94% de las víctimas de acoso escolar desarrollan problemas psicológicos como consecuencia”.
Combatir la obesidad infantil es un objetivo de salud pública, pero los especialistas de Grupo IHP recalcan que muchos niños no tienen un problema de peso, sino de entorno y cambiarlo está en manos de todos.